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ARTÍCULOS DE OPINION

 CRISIS DE PODERES Y ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Por Olmedo Beluche

Sin ningún recato  el gobierno presidido por Ricardo Martinelli ha pisoteado un principio básico de la democracia: la división de los poderes públicos. En seis meses ha puesto bajo su control el Órgano Judicial, la Contraloría General de la República y la Asamblea Legislativa (cuya mayoría es legítima, por cuanto la ley electoral impidió participar a otros sectores sociales y políticos). Ahora le llega el turno a la Procuraduría.

Todo esto se ha hecho con la complicidad silenciosa de los medios de comunicación, el cuarto poder, tan locuaces contra Hugo Chávez, pero controlados hábilmente por Martinelli desde la propia campaña electoral, y en gran medida del propio pueblo, que sigue depositando equivocadamente en él sus esperanzas de cambio.

 De las fuerzas políticas tradicionales, sólo el PRD ha levantado la voz porque le conviene, pero su crisis y baja credibilidad limitan el efecto de sus argumentos. Después de todo, ¿Pérez Balladares y Martín Torrijos no hicieron lo mismo?

La ambición desmedida por el control absoluto del poder tendrá su culminación, cual fresa en el helado, en un rumorado proyecto de reforma constitucional, cuyo corazón sería la reelección presidencial inmediata en 2014. Reforma que se pretende hacer desde la propia Asamblea Legislativa, dócilmente controlada por el Presidente. ¿Este es el “cambio” que se prometió en campaña? Definitivamente, NO.

El problema central, el presidencialismo extremo, no está en el carácter del Presidente, cuyo talente se conoce desde antes de ser electo, sino en la propia institucionalidad definida por la Constitución Política de 1972, emparchada “en democracia”, y reglamentada por el Código Electoral antidemocrático vigente.

La lógica indica que este régimen presidencialista, fuente de la repudiada corrupción, ha entrado en una crisis cada vez más evidente, y que una de las aspiraciones populares, incluso expresada en el voto a Martinelli, era modificarlo radicalmente. Y para cambiarlo democráticamente  se requiere la convocatoria de una Asamblea Constituyente.

Para  una Constituyente “originaria” se requiere una de dos cosas: o un acuerdo inteligente de la sociedad civil y los partidos políticos para convocarla antes que reviente la olla de presión; o que el pueblo, harto de la situación, salga a la calle imponiendo los cambios a los que legítimamente aspira, que se le prometieron y no se han cumplido.

Quienes controlan el poder no suelen recortárselo a las buenas, por ende, sólo queda la segunda opción. Se dirá correctamente, por ahora la segunda posibilidad está  lejos porque el pueblo sigue creyendo en el hombre. Pero, ¿cuánto durará la luna de miel? Vaticino que poco luego de los regalos de Año Nuevo: aumentos de la luz, el agua, la gasolina y el ITBM.

(El autor es secretario general del Partido Alternativa Popular) 



 

 

AL OíDO DE LA COMISIÓN DE REFORMAS ELECTORALES

Por Olmedo Beluche

Dado que en los próximos días se reunirá la Comisión de Reformas Electorales, queremos colocar sobre la mesa de debate algunas consideraciones. En primer lugar, exhortar a la ciudadanía a inmiscuirse en las discusiones de esta comisión, ya que el Código Electoral y el sistema democrático, no son propiedad privada de los partidos políticos, ni del Tribunal Electoral, sino de toda la comunidad.

En segundo lugar, señalar a los Magistrados y voceros de la comisión que las últimas elecciones, con todas sus irregularidades demostraron que se requieren reformas profundas del sistema político. Algunas de las cuales exceden el ámbito de la comisión, y requieren la convocatoria urgente de una Asamblea Constituyente.

El objetivo fundamental a lograrse con las reformas es ampliar la participación ciudadana en la política nacional. Porque el sistema actual fue construido bajo el régimen militar y emparchado  en “democracia”, pero bajo un pacto político entre dos bloques que lo han controlado por 20 años: el PRD y el Partido Panameñista. Aunque de manera distorsionada, la propia victoria de Martinelli implica el fin de esa etapa y el deseo de la ciudadanía por cambios en este ámbito.

¿Cómo lograr que más ciudadanos, que no sean los “políticos de siempre”, se sumen  a la participación política? Hay que acabar con las reglas del juego que dificultan la participación ciudadana, y la limitan a quienes poseen o son apoyados por el poder económico. Hoy en día, si no eres millonario, o te apoya uno, no puedes ni inscribir un partido, ni postularte a ningún cargo de elección popular. Esto ha convertido la democracia en una plutocracia moderna.

Hacer esto parte por rebajar la cuota exagerada de adherentes para inscribir partidos y candidaturas, la más antidemocrática  de América Latina. En ningún país se exige más allá del 0.5% de firmas del electorado. Para no hablar de que sólo se permite a los partidos inscritos recoger firmas todo el año, pero a los nuevos proyectos no, que la semana de inscripción es de 4 días, que hay que mover gente hasta los libros, etc.

Luego está el problema del financiamiento de los partidos, hay que poner topes muy bajos a los apoyos particulares, prevaleciendo el financiamiento público, para evitar compromisos que generan corrupción.  Y que la información sea pública y no secreta.

Pero, ¿cómo evitar los altos costes de campaña? Hay que ponerle la cascabel al gato de los medios de comunicación, que imponen costos abusivos de publicidad que, en la práctica coartan la democracia, ya que si no tienes plata, no tienes publicidad y no existes. Tal vez el modelo mexicano sea el adecuado, por el cual los espacios son propiedad del Tribunal Electoral y éste lo reparte equitativamente entre los partidos.

Esto para no mencionar, por ahora, temas como la cuota femenina (que debe ser vinculante), o el exceso de circuitos uninominales (que favorece el caciquismo), o el  a mi juicio falso debate sobre la segunda vuelta.

(El autor es Secretario General del Partido Alternativa Popular)


PARTIDO ALTERNATIVA POPULAR

 

A VEINTE AÑOS DE LA INVASIÓN :

¡BASES NO!

 

Transcurridos 20 años de la cruenta invasión del 20 de Diciembre de 1989, los hechos demuestran que las tropas norteamericanas no vinieron a imponer a sangre y fuego ni la democracia, ni el bienestar al pueblo panameño, sino todo lo contrario: gobiernos títeres barnizados de “demócratas” con planes económicos neoliberales y la política del “yesman” que ha distinguido a la oligarquía panameña desde 1903.

 

De los gobiernos sumisos a Estados Unidos, que nos han  regido estos 20 años (Endara, Pérez Balladares, Moscoso y Torrijos), si bien todos han sido serviles a los intereses norteamericanos, ninguno encarna mejor los objetivos del imperialismo con la invasión, que el actual, presidido por Ricardo Martinelli, surgido de un pacto tutelado por la embajadora yanqui.

 

En seis meses de gobierno, la dupla Martinelli – Varela ha demostrado que el “cambio” que prometieron es para peor: han realizado contratos públicos sin licitación por más de 100 millones de dólares, han mantenido el alza incesante de la canasta básica, nos han aumentado los impuestos a las clases medias y trabajadora, mientras se los bajan a los empresarios (ahora amenazan con subir el ITBM del 5 al 8%), no han resuelto el problema de la inseguridad, ni del transporte, ni nada de nada.

 

Lo que sí ha hecho el actual gobierno es retrotraer el país a 1999 con la instalación de 11 bases militares armadas por Estados Unidos con la intención de agredir a Venezuela continuando el llamado Plan Colombia, que amenaza la supuesta “neutralidad” del Canal de Panamá. Además,  han avalado un golpe militar represivo y cruento en Honduras y unas elecciones ilegítimas. 

 

A veinte años del genocidio, se ha caído la máscara de supuesta “liberación” con que los medios de comunicación al servicio del imperialismo han querido cubrir la salvaje y cruenta agresión militar. Por eso, ni olvidamos, ni perdonamos por lo que hicieron a los centenares de muertos, a los más de 2 mil heridos, a los 20 mil refugiados de guerra que perdieron sus casas, a los 5 mil prisioneros políticos, para imponernos gobiernos títeres y el saqueo económico.  

 

Por las razones expuestas, el Partido Alternativa Popular exhorta  a las organizaciones populares a estrechar filas en la defensa de los principios por los que lucharon generaciones de panameños y panameñas, desde el Movimiento Inquilinario de 1925, el Movimiento Antibases de 1947 (que un día como hoy derrotó el Tratado Filós- Hines),  los Mártires del 9 de Enero de 1964 y del 20 de Diciembre de 1989, quienes forjaron nuestra nación y sacrificaron sus vidas por un país independiente y soberano, sin bases militares extranjeras y un Canal puesto al servicio de la paz y el progreso de todos los pueblos del orbe.

 

¡JUSTICIA PARA LOS MÁRTIRES DEL 20 DE DICIEMBRE!

¡EXIGIMOS INVESTIGACIÓN, JUICIO Y CASTIGO

A LOS ASESINOS Y SUS CÓMPLICES!

¡20 DE DICIEMBRE: DUELO NACIONAL!

¡LOS MÁRTIES HABLARON CLARO: BASES NO!

 

Panamá, 12 de diciembre de 2009. 



 

INSCRIBIR EL PARTIDO, UNA NECESIDAD HISTORICA
Nuestro país vive una profundas crisis socio-económica, política y moral, agravada por la inseguridad y el alto índice de criminalidad, pero lo más lamentable es que las cúpulas de los partidos tradicionales, no están interesados en debatir con la sociedad panameña , las posibles soluciones y buscar, con la participación de todos, las mejores salidas a los graves problemas que nos aquejan.
Al adelantar la campaña electoral, demuestran su incapacidad para gobernar en democracia, ya que toman decisiones al margen del pueblo, a quienes dicen representar, salvaguardando los intereses de la oligarquía y del sector empresarial, sus verdaderos dueños.
A pesar del crecimiento económico y la gran abundancia de recursos con que cuenta el actual gobierno, cada día se hace más difícil a los pobres vivir en este país. Esa situación se debe a que no hay una justa distribución de las riquezas, siendo los beneficiados los ricos, en detrimento de las mayorías que cada vez se hacen más pobres. Por otro lado, sumido en escándalos, el gobierno del PRD y sus aliados no pierden la oportunidad de llevar a cabo nuevos negociados, aunque eso le represente grandes daños al país y el repudio de la sociedad panameña.
Pero, a diferencia de otros países, la falsa oposición panameña sólo está interesada en ganar las elecciones y controlar los grandes negociados que se puedan realizar a través del Estado.
Para la oligarquía panameña, los conceptos de dignidad, soberanía nacional, justicia social y mejor distribución de las riquezas no existen.     
En consecuencia, cualquiera de los candidatos que gane las elecciones del 2009, representará los mismos intereses, ya que los ocho (8) partidos legalmente constituidos, son fieles exponentes del neoliberalismo, modelo económico que hoy azota de hambre, miseria y dolor a nuestro pueblo.
Frente a esa cruda realidad, al pueblo panameño sólo le queda organizarse de cara a las elecciones del 2009 con su propia opción. Pero el camino a seguir en ese sentido es sumamente difícil, ya que la legislación electoral panameña está diseñada para evitar que partidos de carácter popular puedan organizarse y poner en peligro la partidocracia o dictadura de partido que predomina en el país. No obstante, un grupo de panameños, provenientes del movimiento popular, decidimos dar el paso y constituir el  Partido Alternativa Popular, en formación, la única opción popular, reconocida por el Tribunal Electoral. Pero, para lograr la cuota de adherentes que exige el Código Electoral, el más antidemocrático de América latina, se necesitan vencer muchos obstáculos, pero sobre todo, la disposición del pueblo de lograr la inscripción de 60,000 panameños y panameñas que cansados de lo mismo, optan por un cambio profundo a favor de las grandes mayorías, hoy excluidas del ejercicio del poder.
Para el movimiento popular y sobre todo, para los sectores progresistas y revolucionarios, incluyendo a la izquierda panameña, es vital e incluso una tarea revolucionaria, apoyar este proyecto, ya que así lo demanda el pueblo panameño, que es a quien nos debemos. El PAP, concebido como un partido amplio y democrático, antioligárquico, antiimperialista, antineoliberal, solidario, patriótico y nacionalista, defensor de las ideas de Bolívar y heredero de las gestas patrióticas del pueblo panameño, mantiene abiertas las puertas para todos los panameños y organizaciones que decidan incorporarse a este proyecto político. El mismo debe servir de instrumento al movimiento popular panameño para disputar el poder por la vía electoral, tarea difícil, pero no imposible, si existe la voluntad política de unir esfuerzos para llevar al pueblo al poder y ejercerlo para su beneficio. Aun estamos a tiempo, porque un Panamá mejor es posible.
Prof. Raúl González R.
 Ced-9-85-755
Catedrático de Derecho Constitucional
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UN PANAMÁ MEJOR ES POSIBLE  
  SOLO CON LA CONSTRUCIÓN DE UN PARTIDO DE TODO EL PUEBLO TRABAJADOR SERÁ POSIBLE LA REALIZACIÓN DE LOS IDEALES DE SOBERANÍA, JUSTICIA SOCIAL, DESARROLLO ECONÓMICO EQUITATIVO, INDEPENDENCIA Y LIBERTAD QUE NOS LEGARON LOS MÁRTIRES DE LA PATRIA EL 9 DE ENERO DE 1964.  
CONTRA EL NEOLIBERALISMO, LA OLIGARQUÍA Y EL IMPERIALISMO YANQUI.//ESCRIBANOS A: partidoalternativapopular@yahoo.es--INFORMACION EN EL TELEFONO: 225-8165 /WEBMASTERS: DANIA BATISTA Y CONRADO CUEVAS/ Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
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